El origen del símbolo que promueve los valores consagrados en nuestro sendero educacional.
En 1952, el Gobierno de Chile declaró a nuestro establecimiento “Cooperador de la función educacional”, subvencionándolo por asistencia anual de alumnos, determinación ratificada por el decreto nº 314 del 26 de marzo de 1962.
Es en ese entonces, bajo la rectoría del Pbro. Aurelio Bórquez Canobra, que se toma la determinación de crear un símbolo que destaque a los alumnos del Colegio y que sea representativo de los valores que encarnan los estudiantes que pasan por nuestras aulas.
Bórquez Canobra, que además era docente de Artes Plásticas, fue uno de los integrantes de la comisión que diseñó nuestra insignia, la cual hoy engalana los uniformes de los estudiantes y de nuestros emblemas institucionales. Los demás miembros de este destacado grupo fueron: Gilberto Muñoz, Vicerrector, Miguel Barrandegui, Inspector General, Armando Bahamonde y Fernando Barrientos, alumnos, quienes lograron sintetizar en un distintivo, todo lo que significa tener y entender las enseñanzas de nuestro Colegio.
Hace casi 30 años nuestro símbolo se destaca en el hall de enseñanza media, antes conocido como las cuatro esquinas, obra realizada por el auxiliar de servicio Rafael Flores. Ahora, en este lugar, en donde los alumnos se reúnen después de clases para descansar, relajarse y compartir, se encuentra la nueva insignia que fue remozada por Ana María Caimapo, actriz y encargada de Talleres del Colegio, para volver a nutrirse del espíritu Seminarista.
Con la frase “Fides et Labor” (fe y trabajo), se refleja el mensaje de nuestro fundador Mons. Justo Donoso: “el Seminario será el semillero en donde se formen los nuevos cristianos y cristianas que la sociedad necesita, para transformar el mundo”