El trabajo es uno de los valores más importantes que debemos enseñar a nuestros hijos, con él adquirimos cualidades como la laboriosidad, perfección en la tarea realizada, la puntualidad, la alegría, el optimismo, la justicia, etc. que nos hacen mejores y nos ayudan a mejorar a los demás.
Con el trabajo se desarrolla la personalidad, se enriquece nuestra cultura, establecemos relaciones y vínculos personales con los que podremos contribuir a servir a la sociedad, hacerla progresar y mejorar las condiciones de vida de los seres humanos.
La laboriosidad, significa hacer con cuidado y esmero las tareas, labores y deberes que son propios de nuestras circunstancias. También implica el ayudar a quienes nos rodean en el trabajo, la escuela, e incluso durante nuestro tiempo de descanso; los padres debemos mirar por el bienestar de toda la familia y el cuidado material de sus bienes; los hijos, además de estudiar deben ayudar en las tareas domésticas.
¿Cómo enseñarles laboriosidad?
- El ejemplo: el aspecto más importante es el modelo que los padres representamos para el niño, si ellos cumplen horarios laborales específicos, o realizan esfuerzos en tiempo y habilidad para entregar trabajos encargados. Nuestros hijos perciben que el mundo del trabajo es algo natural que forme parte de la realidad social, de la vida familiar y que favorece el sostenimiento y calidad de vida de la familia.
- Debemos delegar en él actividades sencillas (desde los dos años y medio en adelante) que pueda hacer, como llevar una prenda, recoger algunos juguetes, ayudar a mamá a “hacer” la cama; recoger un plato de la mesa. Actividades que van instrumentado el esfuerzo sano en el niño desde temprana edad.
- Participamos con él en las tareas, labores, que le son impuestas en el jardín, colegio, escuela, que requieren la activación de las habilidades en nuestro hijo, y que, en nuestra compañía, puede adquirir un aspecto placentero y productivo en su consecución.
- Es importante valorar los trabajos del niño (inicialmente educativos) puesto que son el fruto de su proceso o habilidades en pleno desarrollo.
- Es muy recomendable presentar el trabajo nuestro hijo como una labor honrosa, fructífera, de modo que él percibe que el trabajo dignifica al hombre y a la familia, y no como una carga pesada donde los padres después de una jornada extenuante llegan a quejarse y maldecir la existencia.
Beneficios de la laboriosidad para el niño
- Consolida valores importantes ligados a ella: disciplina, responsabilidad, carácter industrioso, perseverancia.
- Valoración de las propias actividades que el niño logra por sus medios y esfuerzos.
- A largo plazo los capacita para adscribirse a empresas, organizaciones donde desempeñar un rol.
- Valoran del trabajo de sus padres y el de los demás.
- Afrontan los desafíos que se les presentan y necesitan su diligencia para superarlos.
Aristóteles dijo:
“El placer en el oficio trae perfección en el trabajo”
Se trata de ser exigentes para obtener un trabajo bien hecho y no para “salir del paso”. Podemos relacionar este punto con la responsabilidad.
El valor de la puntualidad es la disciplina de estar a tiempo para cumplir nuestras obligaciones: en el colegio, con los amigos, una reunión para entregar un trabajo del colegio, etc.
El valor de la puntualidad es necesario para aprender a ser eficaces y ordenados en el trabajo, así se podrán hacer más actividades, realizar un trabajo mejor hecho y obtener la confianza de los demás.
Los niños van tomando conciencia del tiempo conforme van creciendo o también, cuando comprenden el funcionamiento de las agujas del reloj. Por eso, la puntualidad es también una forma de diferenciar el tiempo de ocio del tiempo de trabajo propio de la rutina escolar y las actividades extraescolares.
¿Cómo conseguir que los niños sean puntuales?
Es necesario que nuestro hijo comience a valorar la importancia de hacer una determinada tarea en un tiempo determinado. Para ello, es importante el diálogo con él y hacerle comprender las consecuencias de no llegar a la hora convenida a un sitio (por ejemplo llegar tarde al cine).
Es bueno crear rutinas, no sólo porque ayudan a nuestro hijo a sentirse seguro sino que además le ayudan a crear hábitos. Poco a poco, irá aprendiendo que esta serie de pequeñas acciones, tienen que llevarse a cabo en un tiempo determinado.
Los niños deben conocer qué tipo de sentimientos desencadena alguien impuntual. Un valor importante es enseñar a los niños a no hacer a los demás aquello que no les gustaría a ellos mismos. Por lo tanto, han de comprender cómo se siente alguien cuando espera a una persona que no llega.
Hay que enseñar a los niños que las distracciones les llevarán a ser impuntuales. Hacer una tarea requiere su concentración, sobre todo en la infancia, donde la abstracción es mayor. El niño no podrá vestirse bien y con agilidad, si la televisión está encendida y están emitiendo sus dibujos favoritos.
Las personas aprendemos a partir de la experiencia, por ello aunque los padres mantengan un diálogo constante con los niños para educarles en valores, en ocasiones tienen que aprender de sus propios errores y experimentar ellos mismos qué ocurre si son impuntuales.
La puntualidad se enseña a los niños con el ejemplo, si los padres suelen llegar tarde a los sitios, los niños no valorarán la importancia de llegar a un lugar a la hora convenida.
Nuestros hijos deben saber que las personas impuntuales van perdiendo la credibilidad y el respeto de los demás. Si el niño no llega a tiempo a jugar su partido de fútbol un día tras otro, quizás dejen de contar con él para próximos encuentros.
La impuntualidad puede hacer perder grandes oportunidades a las personas. Hacer comprender a nuestro hijo lo que puede perderse si siempre llega tarde a los sitios, ayudará a que comprenda la importancia de este valor. Nuestros hijos deben saber que algunos imprevistos pueden hacer que alguien no llegue a tiempo o que la tarea no se realiza en el tiempo determinado. Para evitar estos imprevistos es conveniente dar un poco más de tiempo a cada tarea y no ir con prisas y a última hora.
La impuntualidad da una mala imagen de uno mismo. Una persona impuntual es vista por los demás como poco seria o con una incapacidad de organizar su tiempo. Cómo nos ven los demás y que las personas tengan una buena impresión de nosotros habla bien de nosotros.