La Honestidad
Honesto es, el que actúa siempre conforme a la voluntad divina y conforme a su propia conciencia.
Son los papás quienes, con su ejemplo, enseñan a vivir este valor tan necesario para una buena relación familiar y social. Si son honestos tendrán autoridad moral para exigir a sus hijos una buena conducta. Cuando los papás no actúan con honestidad, ¿con qué cara le pedirán a sus hijos un juego limpio?
El papá que lleva a sus hijos algo que se robó en el trabajo, por pequeño que sea, les está enseñando que es bueno robar. La mamá que le pide a su hijo que saque algo de un negocio sin que lo vean , pensará toda la vida que está bien que actúe mal mientras no lo vean.
Propósitos para cultivar la honestidad en familia
Aceptar las disposiciones justas de las autoridades y acatarlas de buen modo.
Nunca actuar contra mis principios morales aunque tenga que renunciar a una gran ventaja.
No engañar a las personas con las que trato.
Ser coherente entre lo que digo y lo que hago, y portarme bien aunque nadie me esté viendo.
Reconocer la honestidad de los demás y premiarla con mi alabanza sincera.
Nunca hacer trampas en el juego.
Jamás alterar o falsificar un documento, por buenos que sean los fines.
No hacer trampas colándonos sin pagar u ocupando un lugar que no me corresponde en las filas
No aprovecharme de las influencias para conseguir un servicio negado a los demás.
Ser leal con los que compiten conmigo, reconociendo cuando he perdido.
Que Jesús con su amor nos ayude a ser más honestos.