+56 65 2622397 Federico Errázuriz #501 – Ancud

Valor del mes Abril.

Vivamos en este  mes marcado por la alegría pascual, el valor de la Fe, valor que nos lleva a responder a la llamada de Dios. aquí unos elementos que nos ayudan a descubrir valor
Nuestro Catecismo en su parágrafo 166, nos dice que: “La fe es un acto personal: la respuesta libre del hombre a la iniciativa de Dios que se revela. Pero la fe no es un acto aislado. Nadie puede creer solo, como nadie puede vivir solo. Nadie se ha dado la fe a sí mismo, como nadie se ha dado la vida a sí mismo. El creyente ha recibido la fe de otro, debe transmitirla a otro. Nuestro amor a Jesús y a los hombres nos impulsa a hablar a otros de nuestra fe. Cada creyente es como un eslabón en la gran cadena de los creyentes. Yo no puedo creer sin ser sostenido por la fe de los otros, y por mi fe yo contribuyo a sostener la fe de los otros”.
  El valor de la fe del creyente, sea esta grande o pequeña, radica siempre en que todo aquel que adquiere la posición de ser creyente, automáticamente está manifestando su amor a Dios. Los ángeles nunca han necesitado tener fe, pues ellos al poder contemplar en Rostro de Dios desde su creación, fuese esta individual o de conjunto, cosa esta que ignoramos, es por ello, por lo que, contemplan admirados la fe de los hombres, los que la tengan se sobreentiende naturalmente. Ellos saben muy bien como estima Dios y ama al hombre de fe. Fue más de una vez la que a su paso por esta tierra, exclamó admirado ante una demostración de la fe humana. Y más de una fe nos aconsejó el aumento de nuestra fe:
“En verdad les digo que, si tuvieran fe y no dudaran, no solo harán lo que la higuera, sino que si le dicen a ese monte: “Quítate y échate en el mar”, se haría, y todo cuanto con fe pidan en la oración lo recibiran”. (Mt 21,21-22).
 
“Le dijo Jesús: ¡Si puedes! Todo es posible al que cree. Al instante gritando, dijo el padre del niño: ¡Creo! Ayuda a mi incredulidad”. (Mc 9,14 24).
 
“Jesús le dijo: Porque me has visto has creído; dichosos los que sin ver creyeron”. (Jn 20, 29).
 
“¿Cómo es que nosotros no hemos podido arrojarle?  les dijo: Por su poca fe; porque en verdad les digo que, si tuvieran fe como un grano de mostaza, dirían a este monte: Vete de aquí allá, y se iría, y nada les sería imposible”. (Mt 17, 19-20).
 
“Al instante Jesús le tendió la mano, le agarró, diciendo: Hombre de poca fe, ¿porque has dudado?”. (Mt 14, 31).
 
“El, habiéndose despertado, increpó al viento y dijo al mar: ¡Calla, enmudece! El viento se calmó y sobrevino  una gran bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no  tenéis fe? Ellos se llenaron de gran temor y se decían unos a otros: Pues ¿quién es este que hasta el viento y el mar le obedecen?”. (Mc 4,39-41).
 
Jesus nos invita a caminar por los senderos de la fe, confiado de que siempre camina a nuestro lado. como comunidad seminarista fortalezcamos el valor de la fe, y que a ejemplo de San José cuidemos este don.